El 22 de diciembre es una fecha relacionada históricamente con la ilusión y la suerte. No en vano, esa fecha se celebra uno de los sorteos más esperados del año, el de la Lotería de Navidad. Millones de españoles participan con la fe puesta en llevarse el 'Gordo', y cada año muchos depositan sus opciones en dos de las administraciones más asociadas a la lotería: Doña Manolita y La Bruja de Oro (La Bruixa d'Or, en catalán).
Ambas, tanto la madrileña como la catalana, son las dos administraciones de lotería más famosas de España y, en concreto, lo son por su larga trayectoria repartiendo lluvias de millones y de suerte por todo el país.
La Bruixa d'Or
En el caso del establecimiento catalán, ubicado en el municipio leridano de Sort, es uno de los lugares de referencia para muchos españoles a la hora de buscar la fortuna, y es que su propio nombre parece un buen presagio ya que 'Sort' significa 'suerte', y La Bruixa d'Or reparte 'oro' y 'suerte'.
El fundador y propietario de la administración, Xabier Gabriel, explicaba hace unos años a Europa Press que, desde su apertura en la década de los 80, La Bruixa d'Or ha repartido "muchos millones, a muchos miles y miles de amigos y clientes".La Bruja "ha sabido introducirse a través de los niños, que una vez son mayores, son clientes". Muchos de éstos se han fidelizado en las últimas ediciones con la venta on line, la cual ronda ya el 90% de las ventas de la administración. A través de este método, los décimos de Lotería de La Bruixa d'Or llegan a todo el mundo.
Doña Manolita
La historia de la Lotería de Navidad también está estrechamente ligada a la de Doña Manolita, entre otras cosas, conocida por su solera y la gran cantidad de premios gordos que ha repartido. Doña Manolita, nacida en 1879, abrió su primera administración de loterías en la calle San Bernardo de Madrid a principios del siglo XX, en 1904.
Según narra la propia administración madrileña, con 25 años, Manolita no tuvo un comienzo fácil, pero su belleza y carisma enseguida le ayudaron a ganarse a sus primeros clientes, sobre todo estudiantes. Además, Doña Manolita empezó a repartir premios con bastante frecuencia, lo que supondrá el despegue definitivo de su negocio, que mantiene esa suerte y carisma. Doña Manolita falleció el 7 de mayo de 1951 en Madrid, a la edad de 72 años. Pese a su ausencia, la fama de esta administración madrileña no ha disminuido un ápice y continúa repartiendo fortuna y suerte desde la calle del Carmen, 22.